El 6 de enero la revista Estrategia y Negocios publicó unas declaraciones de Jorge Montaño, el embajador de México ante la Organización de las Naciones Unidas, ONU. Por la gravedad de dichas declaraciones, me permito reproducir parte de ellas.
El embajador comienza diciendo que “el crimen organizado mantiene amenazada la paz y la estabilidad en Centroamérica”. Continúa diciendo el embajador “ Centroamérica está entrando en una fase extraordinariamente crítica a causa de la violencia desatada por el narcotráfico, pero muy especialmente por la actividad del grupo delictivo Los Zetas, que se está apoderando del mercado de la cocaína y la anfetamina”.
Más adelante agrega el embajador que “la situación creada por las operaciones del crimen organizado mantienen amenazada la paz y la estabilidad en Centroamérica, mientras Estados Unidos ve a esta región como "una zona perdida", cuando su apoyo es fundamental en la guerra contra los cárteles por ser uno de los principales consumidores de droga del mundo.”
Según relata Estrategia y Negocios, el embajador “aseguró que la lucha que libran las fuerzas de seguridad en México contra los grupos de la droga ha forzado a los narcotraficantes a modificar sus estrategias y rutas en Centroamérica con conexión directa a Estados Unidos. Centroamérica y México se encuentran actualmente atrapados entre los grandes productores de droga del mundo, que son Perú y Colombia, y Estados Unidos, el principal mercado de la cocaína, de acuerdo con informes elaborados por Washington, la JIFE y la organización norteamericana Stratfor Global Intelligence”.
De acuerdo a Estrategia y Negocios, el embajador opina que “el Gobierno de Felipe Calderón tiene que asumir un papel como el que tuvo en Centroamérica con los mecanismos de paz en los noventa, tras las guerras civiles que azotaron a varios países. Esto es importante ahora porque la región puede entrar en un nuevo estado fuera de control si no tiene una asistencia y un apoyo decisivo de México y de Estados Unidos", indicó en declaraciones citadas por 'El Universal'”.
El artículo termina diciendo que el embajador “lamentó que Estados Unidos vea el sur de su frontera --que implica a México y Centroamérica-- como "una zona perdida". Entonces, ahora la pregunta es: ¿qué están haciendo en Afganistán cuando la casa se les está quemando de ese lado?”
El embajador ha sido muy franco y ha dicho lo que muchos tememos. Que nuestro país está cayendo bajo el control de los narcotraficantes. De hecho, ya se dice que hay zonas de nuestro país que son controladas por los narcotraficantes. Por otro lado, hay claros indicios que el narcotráfico controla o fomenta el crimen organizado en nuestra patria, incluyendo la industria del secuestro, el tráfico de personas y vehículos, y hasta las actividades de las maras. En pocas palabras, están en el centro de todo el crimen organizado que tanto agobia y daña a nuestro país.
Es evidente que esta batalla no la podemos librar solos. Es un problema regional que debe ser tratado regionalmente y en toda su dimensión, es decir, tanto en el ámbito de la oferta, como la demanda. Por esto último, la participación de Estados Unidos es fundamental, y no es aceptable que ellos busquen que las batallas, y los muertos, se den en nuestros países, mientras ellos hacen nada por reducir la demanda en su suelo. El problema nos afecta principalmente a nosotros, por lo que debemos tomar la iniciativa. Los presidentes de Centro América deben demandar una solución a esta situación, y seguramente que el Presidente de México también se sumará a esta cruzada. Unidos, debemos sentarnos en la mesa con Estados Unidos y encontrar una solución justa y completa.
Que el problema sea regional no implica que no haya medidas que podamos tomar en nuestro país, y me parece que eso debe comenzar con retomar el control de nuestro territorio. Para eso, pienso que es necesario colocar destacamentos militares en las zonas que supuestamente controlan los narcotraficantes. Es posible, o tal vez probable, que esto lleve a enfrentamientos armados, pero sólo así evitaremos que los narcotraficantes se apoderen de nuestro país.
A mi juicio, este es el reto más importante que enfrenta nuestra nación. Solo tenemos que recordar lo vivido por Colombia, y ver lo que actualmente vive México, para apreciar las consecuencias de no actuar oportunamente. Mientras los políticos discuten plebiscitos, referéndum, constituyentes, el retorno de Mel, y otros tantos otros temas que a mi juicio en este momento son de secundaria importancia, nuestro país, y toda la región centroamericana, están a punto de arder. Mientras más esperemos, más dura y cruenta será la batalla. Que Dios ilumine a nuestros políticos para que inicien de inmediato el rescate de nuestra patria.
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