lunes, 21 de noviembre de 2011

GRACIAS, RECTORA

La Rectora, Julieta Castellanos, sacando fuerzas de su dolor, y utilizando el poder de convocatoria de la UNAH, ha logrado tocar la conciencia nacional.  Ha liderado en momentos en los que nuestra nación desesperadamente necesita que combatamos la delincuencia y recuperemos nuestro país.  Después de la podredumbre que hemos presenciado en la policía, no cabe duda que, como propone la Rectora, es imprescindible y urgente intervenir y depurar la policía y ponerla bajo el control de expertos de una organización internacional o de una nación amiga.  Solo así podremos recuperar la confianza perdida, y solo así podremos dar inicio a la lucha contra el narcotráfico, la delincuencia y el crimen.  La Rectora ha dicho pública y valientemente, lo que muchos pensamos y decimos, pero con su presencia continua en los medios de comunicación ha mantenido su dedo en la llaga y con ello nos brinda esperanzas a todos.  Por primera vez en muchos años pienso que es posible que se de un verdadero y notable cambio en la policía.  Por todo esto, la Rectora merece nuestro aplauso y agradecimiento.
Pero, no nos equivoquemos.  Una intervención y depuración “a la hondureña” no servirá para nada.  Si no ponemos a la policía bajo el mando y control de una organización internacional o de un país amigo, o al menos si sus altos mandos no son desempeñados por ciudadanos de otros países, con experiencia en estos temas, nos quedaremos cortos y no resolveremos el problema.  Después de unos años se podrá volver a control nacional, cuando estemos seguros de haber formado una nueva clase de policías nacionales, cuya conducta se ciña a las normas internacionalmente aceptadas y que les hayan inculcado sus mentores extranjeros.  Además, para entonces se deberá también haber logrado un acuerdo bilateral o internacional para contar con los servicios de una organización extranjera que periódicamente compruebe, por medios científicos modernos, la conducta de los mandos superiores y medios de la policía.  Solo así nos sentiremos seguros y solo así veremos disminuir los índices de violencia.
No obstante lo ambiciosa que pueda parecer esta propuesta, resulta insuficiente para hacer frente al grave deterioro que ha sufrido la seguridad de nuestro país.  Además de tomar control de nuestra policía, debemos también tomar control de nuestro territorio, y eso implica hacer frente, y derrotar, el narcotráfico.  Afortunadamente parece que Estados Unidos está ahora dispuesto a colaborar con nosotros para evitar que la droga ingrese a nuestro país, lo cual implica resguardar nuestras costas y nuestro espacio aéreo.  Ese es un primer, y muy importante paso.  Pero además de esto, debemos recurrir nuevamente al apoyo bilateral o internacional.  Necesitamos tropas que acompañen a las nuestras y que se instalen en las zonas que actualmente de facto están en control del narcotráfico.  Solo así recuperaremos el control de nuestro territorio y evitaremos convertirnos en un “estado fallido”, hacia dónde iremos irremisiblemente si no tomamos estas medidas u otras similares.
Por supuesto que para lograr el apoyo de la comunidad internacional y de los gobiernos amigos es necesario que hagamos evidente nuestro compromiso con esta lucha, particularmente en lo que se refiere al combate del narcotráfico.  Para esto es urgente reformar nuestra Constitución para permitir la extradición de nacionales cuando esto se justifique  y con base en los tratados internacionales.  Es inconcebible que haya oposición a esta propuesta en el Congreso, pero en todo caso, los ciudadanos debemos alzar nuestra voz para que nuestros representantes y servidores en el Congreso hagan nuestra voluntad.  La experiencia colombiana ha demostrado los claros beneficios de esta medida, y en todo caso, ningún estado que se precie de ser una nación de leyes puede ser refugio de delincuentes y criminales internacionales.  Si alguno de los diputados se opusiera a esta medida tendrá que explicarnos por qué ha sacrificado el bien común por sus intereses y beneficios personales.  Esa persona no merecería representarnos en el Congreso y debería recibir un merecido castigo en las próximas elecciones.
Me parece que estamos en un punto crítico en nuestra lucha contra la violencia, el narcotráfico y la delincuencia.  La Rectora ha abierto la puerta para que todos apoyemos la lucha por rescatar nuestro país.  Difícilmente encontraremos un ambiente más propicio después. No permitamos que las diferencias intranscendentes nos dividan y debiliten.  Luchemos por depurar y transformar la policía y por ponerla bajo el mando de personas extranjeras de reconocida experiencia y honestidad.  Reformemos la Constitución para permitir la extradición y logremos el apoyo del gobierno de Estados Unidos para impedir el ingreso de la droga en nuestro país.  Finalmente, recuperemos el control de nuestro territorio, instalando bases militares en las zonas controladas por el narcotráfico y complementemos nuestros soldados y oficiales con tropas y oficiales extranjeros, por medio de la cooperación bilateral o internacional.   Todavía estamos a tiempo, pero no demoremos.  La Rectora nos ha dado el ejemplo.  Este es el momento de hacer oír nuestras voces.

sábado, 12 de noviembre de 2011

DESENCUENTRO

Impresiona, y preocupa, el desencuentro entre la clase política y los ciudadanos de nuestro país.  Más que un desencuentro, parece que se ha llegado a un divorcio.  En tanto los ciudadanos claman por seguridad y empleo, los políticos se empecinan en discutir temas que solo a ellos les interesa.  Enfrascados en sus luchas por el poder, el control y los beneficios atinentes a ambos, ignoran el reclamo popular.  Lo irónico del caso resulta ser que si persisten en su tozudez, el divorcio se oficializará y perderán todo el poder y las prebendas que tanto ansían.  Pero permítanme explicarme en más detalle.

Como decía inicialmente, mientras la delincuencia nos baña en sangre y mientras el desempleo campea entre nosotros, los políticos se afanan en discutir temas que, en este momento, son poco menos que irrelevantes para nuestra población.  Entre estos cabe citar la convocatoria a una asamblea constituyente, la creación de un tribunal constitucional y la integración del Consejo de la Judicatura.  Afortunadamente, parece que la convocatoria a la asamblea constituyente quedó en el olvido, al percatarse los políticos del poco interés que la población le asigna al tema.  Sin embargo, luego surgió la idea de crear un tribunal constitucional, cosa que para la población es absolutamente irrelevante.

En realidad, la Corte Suprema ya cuenta con una Sala Constitucional y por tanto este nuevo órgano luce totalmente innecesario.  Si la razón para crearlo es evitar que en las disputas entre poderes la Corte se convierta en juez y parte, entonces, ¿cómo se evitará esto cuando el Tribunal Constitucional entre en pugna con los otros poderes del Estado?  ¿Habrá que crear otra instancia?  Si uno ve los modelos más prestigiados y probados a lo largo del tiempo, verá que otras democracias maduras, como la de Estados Unidos, no ha tenido que crear estos órganos.  En efecto, la Corte Suprema de Estados Unidos fundamentalmente se dedica a resolver temas ligados a la constitucionalidad de los actos de otros.  En este orden de cosas, una opción sencilla y clara sería convertir a la actual Corte Suprema en una Corte Constitucional, lo cual también volvería más expedito el sistema judicial al no llegar a la Corte Suprema algunos de los casos que debe atender actualmente.  Al final, me parece que lo que se ha pretendido es volver al pasado, retroceder a los peores momentos de nuestra historia, en los cuales los políticos controlaban el poder judicial.  No puedo olvidar el cinismo de un político y banquero cuando declaró que su movimiento controlaba la Corte Suprema (y por su medio el poder judicial), y que eso era normal, ya que nuestro país no era Suiza.  Si estoy equivocado en mi opinión, ¿por qué no se propuso que los magistrados del nuevo Tribunal fueran propuestos por la Comisión Nominadora de la Sociedad Civil?

El mismo defecto encuentro en el Consejo de la Judicatura.  Acepto la necesidad de contar con este Consejo, pero, ¿por qué no dejar que la sociedad civil proponga los integrantes a la Corte Suprema?  ¿Por qué involucrar al Congreso en un tema que es de la total competencia del Poder Judicial?  Otra vez, no puedo dejar de pensar que se trata de recuperar espacios perdidos por los políticos.  En lugar de abrir más espacios para que la sociedad participe y se sienta dueña de su democracia, los políticos tradicionales siguen empeñados en volver al pasado, en controlar el poder judicial para su ventaja personal.  Sus actos anacrónicos resultan difíciles de entender en el contexto mundial en el cual vivimos.

Mientras nos ahogamos, mientras la casa arde, los políticos tradicionales tocan el violín y disfrutan la fiesta, procurando degustar los menús más finos.  Como decía mi madre, no hay peor ciego que quien no quiere ver.  Al final, la población les pasará la factura.  Me atrevo a decir que en las próximas elecciones ambos partidos tradicionales perderán terreno frente a las nuevas fuerzas.  Será una pena porque nuestros partidos centenarios podrían tener mucho que ofrecer y podrían ser instrumentos valiosos para la transformación nacional.  Sin embargo, como han caído en manos de políticos tradicionales y reaccionarios, han despilfarrado sus oportunidades y ahora verán su caudal político reducido.  Todavía hay tiempo para evitar el colapso de nuestros partidos tradicionales, pero desafortunadamente, no hay peor ciego …

domingo, 6 de noviembre de 2011

VENTAJA PARA EL SALVADOR

La semana recién pasada El Salvador y Estados Unidos firmaron un pacto, un asocio, para fomentar el desarrollo de la economía salvadoreña.  Los temas fundamentales son la mejora en la seguridad de las personas y sus bienes, y en la competitividad y productividad del país.  El Presidente Funes, la cabeza del gobierno del FMLN, una vez más ha hecho gala de su pragmatismo y liderazgo y con sus decisiones ha logrado una importante ventaja para El Salvador.  Gracias a ello, nuestros vecinos, que ya cuentan con un ingreso per cápita que es el doble del nuestro, verán a su país separarse más del resto de sus vecinos.

Para poder entender el alcance del pacto, veamos las medidas listadas en la edición de El Diario de Hoy correspondiente al 3 de noviembre.  Esas medidas son:

· “Integración de un consejo de crecimiento para analizar los asuntos relativos a la competitividad, que busque las soluciones a las barreras del crecimiento y haga que El Salvador sea más atractivo para la inversión.”
· “Un entorno regulatorio favorable para los negocios, mejorará la infraestructura y atraerá nuevas inversiones en la educación.”
·  “Apoyo a las asociaciones público-privadas e iniciativas como buscar un operador del sector privado para operar el puerto de La Unión.”
·  “Contribuirán al despliegue de unidades policiales especializadas para combatir la delincuencia y el establecimiento de  la policía comunitaria.”
·  “Promoverán la ampliación de oportunidades de educación y empleo para jóvenes en riesgo y apoyo al desarrollo de una nueva generación de empresarios.”
·  “Aumento de los esfuerzos por reducir la demanda de drogas ilegales en los Estados Unidos a través de la educación, prevención y tratamiento, y para cortar el flujo de armas y fondos ilícitos de los Estados Unidos a la región.”
En una entrevista que El Diario de Hoy lograra con el Presidente Obama, este decía que “Bajo el Asocio para el Crecimiento, en los próximos cinco años, vamos a trabajar juntos para combatir la inseguridad a través de programas para fortalecer las instituciones del Estado de Derecho y prevenir violencia.  Vamos a colaborar con el despliegue de unidades policiales especializadas para combatir la delincuencia y vamos a apoyar al nivel nacional el establecimiento de la policía comunitaria.  Trabajando en conjunto con el sector privado y la sociedad civil de El Salvador, vamos a ampliar las oportunidades de educación y empleo para jóvenes en riesgo y apoyar el desarrollo de una generación de empresarios.”
De lo anterior se puede concluir que habrá mejoras sustantivas en el clima de seguridad de El Salvador, lo cual fomentará la inversión y la generación de empleo.  La adopción del modelo de policía comunitaria, que probablemente se base en el paradigma de una policía municipal (ya que este es el modelo que emplea, y por tanto conoce, Estados Unidos), producirá beneficios tangibles en el corto plazo.  Para asegurar el éxito, también se contará con unidades policiales especializadas.
Por otro lado, y para fomentar la inversión, se mejorará el marco regulador, la educación y la infraestructura, se fortalecerá el estado de derecho, y se privilegiará las asociaciones público-privadas, incluyendo la contratación de una empresa privada para que opere el puerto en La Unión.  Todo esto se da en el contexto de un gobierno del FMLN.  Ya podrán imaginarse las lectoras la reacción de la izquierda hondureña si un modelo similar se propusiera para el desarrollo nacional.
Finalmente, llama poderosamente la atención el último punto del Asocio y que se refiere a las medidas a tomar por Estados Unidos para reducir la demanda de drogas y el tráfico de armas y de capitales.  Es la primera vez, que yo sepa, que Estados Unidos asume un compromiso como este en un tratado bilateral, y debemos todos agradecerle a El Salvador por lograr su inclusión en el Asocio.  Como lo he manifestado reiteradamente, el narcotráfico no podrá ser combatido si Estados Unidos se niega a atender el problema de la demanda y el tráfico de armas.
Mientras felicito a El Salvador, me veo obligado a preguntar ¿y nosotros?  Lamentablemente seguimos secuestrados por la discusión de temas que no son prioritarios para la población, como el Tribunal Constitucional.  Seguimos recurriendo a contrataciones directas que solo generan una sensación de opacidad y fomentan la percepción de la corrupción.  Ojalá que despertemos pronto para que nuestro país retome la ruta del crecimiento económico y el desarrollo.  Solo tenemos que ver el ejemplo que nos brinda nuestro vecino, que cada día nos saca ventaja.