martes, 26 de junio de 2012

DUEÑOS DE LA VERDAD


En las últimas elecciones presidenciales celebradas en Paraguay resultó triunfador el ex obispo católico Fernando Lugo.  Inmediatamente después de tomar posesión se supo que su verdadero talento no residía en el ámbito político, sino que en el procreativo.  En efecto, se conoció de su extraordinaria fecundidad cuando una plétora de damas paraguayas reclamó que el ahora Presidente reconociera ser el padre de sus criaturas.  Lamentablemente, desde el inicio de su gestión hizo gala de una incapacidad política extraordinaria, y eso sometió a presión el sistema político paraguayo.  Pensándolo bien, no es extraño que eso sucediera.  Después de todo, el seminario no ofrece la mejor preparación para la participación en la política.  Como bien dijo nuestro Señor, al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.  Al final, de tanto ir el cántaro al agua se quebró y don Fernando fue destituido por el Congreso paraguayo y sustituido por su Vicepresidente.  En los tiempos antiguos y románticos las cosas hubieran quedado allí.  Después de todo, la costumbre imperante dictaba que no era permisible, ni aceptable, la intromisión en los asuntos internos de los países.  En nuestros ámbitos, México elevó esa costumbre a doctrina, proclamando la “doctrina Estrada”, y justamente basándose en esa doctrina se rehusó a expulsar a Cuba de la OEA, alegando que solo competía a los cubanos decidir el tipo de gobierno que deseaban tener.  ¡Cuánto han cambiado las cosas!   Veamos lo que ha sucedido ahora.

domingo, 17 de junio de 2012

¿QUO VADIS?

A partir de la Administración Zelaya nuestro país parece encaminarse a la desintegración, hacia lo que se denomina un “estado fallido”.  Hemos presenciado la pérdida del control de nuestro territorio y del monopolio en el uso de la fuerza por parte del Estado.  Hemos sido testigos de las luchas entre los poderes del Estado, de la intromisión de un poder del Estado en el área de competencia de otro poder y hasta de intentos de desacato por parte de altos funcionarios del poder Ejecutivo.  Todos recordamos cuando el histrión, en su obsesión por la tristemente célebre cuarta urna, declaró que no acataría un fallo de un tribunal de justicia, y la semana recién pasada un secretario de estado manifestó que no cumpliría con un fallo de la Corte Suprema de Justicia.  ¿Hacia dónde vamos?  ¿Qué podemos esperar?  ¿Habrán decidido nuestros gobernantes que nuestro país no tiene futuro y que por tanto no hay razón para siquiera aparentar que somos un estado de derecho?

domingo, 10 de junio de 2012

MAL PAGA EL DIABLO


En la recientemente celebrada asamblea de la OEA algunos países miembros, Venezuela, Ecuador y Bolivia particularmente, han criticado la labor de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.  Molestos por las decisiones y recomendaciones  que  para proteger los derechos de las personas en el continente han tomado y ofrecido esos dos entes de la OEA, reclaman su reforma y amenazan con abandonar la OEA si no se les complace en sus pretensiones.  La lectora seguramente recordará que estos son los mismos países con quienes la OEA, y en particular su Secretario General, han tratado de congraciarse.  Todos recordamos como el Secretario General, azuzado por estos mismos países y otros, corrió proponer la suspensión de Honduras después de la salida del entonces Presidente Zelaya.  También está fresca la memoria de su marcado interés por reintegrar a Cuba al seno de la OEA a pesar de que claramente no cumple, ni se propone cumplir, con la Carta Democrática de la OEA.  Pues bien, esos mismos países, acompañados por Brasil, ahora se manifiestan molestos con las dos organizaciones insignes de la OEA y demandan su reforma a su gusto y antojo.  Caso contrario, se retirarán de la OEA.  Como señala el viejo refrán, “mal paga el diablo a quien bien le sirve”.