Recientemente el presidente de Chile, Sebastián
Piñera, visitó El Salvador y en una conferencia presentó los logros de la
democracia chilena. Al ser consultado
sobre lo expuesto por el presidente Piñera, uno de los dirigentes del FMLN
declaró que para ellos Chile no era modelo; que su modelo era Venezuela,
Bolivia, Ecuador o Argentina. Como
consecuencia de esto, Carlos Jovel Munguía, un salvadoreño que reside en Chile,
escribió al Diario de Hoy para ampliar el relato del presidente Piñera. Al final, lo que resulta obvio y patético es
la ceguera dogmática de algunas personas.
Sus opiniones nos recuerdan lo que un grupo de escritores llamó “el
perfecto idiota latinoamericano”. Pero
veamos lo que aportó don Carlos para que las amables lectoras lleguen a sus
propias conclusiones.
Para comenzar, como señala don Carlos, el
ingreso per cápita de Chile pasó de alrededor de $2,900 en 1981 a cerca de
$20,000 este año. La inversión
extranjera directa es del orden del once por ciento del producto interno bruto,
en comparación con el cinco por ciento en nuestro país, es decir que aún en
términos relativos Chile recibe el doble que nosotros. Eso es un reflejo de la confianza que las
instituciones chilenas, incluido el imperio del estado de derecho, inspira en
propios y extraños. Esa inversión a la
vez produce los empleos que han permitido reducir la pobreza. Chile ha invertido en su educación y ahora
registra uno de los mejores niveles en el continente. Por otro lado, el pulcro y disciplinado
manejo de su economía le ha llevado a gozar de un alto grado de confianza en
los mercados financieros y por tanto puede lograr financiarse a muy bajas tasas
de interés. De hecho, Chile y Panamá son
los dos únicos países del continente que han logrado crear un fondo para las generaciones
futuras; el primero con los recursos que produce la exportación del cobre y el
segundo con los excedentes que producirá la operación del canal de Panamá. En efecto, en Chile el presupuesto se formula
con base en lo que un grupo de expertos, no de políticos, estima es el precio
sostenible del cobre, y si en un año dado el precio excede el estimado, la
diferencia se deposita en un fondo para atender las posibles necesidades
futuras. Contraste usted, amigo lector,
esa práctica con la que priva en el resto de nuestros países donde en los años
de bonanza se corre a ampliar el presupuesto para gastar todo lo que ingresa,
para luego padecer en años de vacas flacas.
Don Carlos menciona también que para evitar
especulaciones, el presidente Piñera procedió a vender su participación
accionaria en la aerolínea local.
¿Cuántos de los gobernantes en nuestro continente han actuado de igual
forma? En nuestros países se ha llegado
al extremo de nombrar a un banquero privado coordinador del gabinete económico,
y en otros casos personas ricas, o hijos de ricos, han ocupado posiciones en la
cuales claramente se encontrarían continuamente en posiciones de conflicto de
intereses, sin que se registre casos en los cuales se recusaron precisamente
para evitar esos conflictos.
Chile también ha abierto las puertas a la
migración, y así llegan ciudadanos de Argentina, Bolivia, Ecuador y Venezuela,
entre otros. El éxito, y las
perspectivas de una mejor calidad de vida son fuertes magnetos que atraen
particularmente a los talentosos y a los emprendedores. En contraste, los chilenos no migran ahora,
ya que sienten que su país les brinda esperanza y futuro. Es cierto que ha habido protestas
estudiantiles en Chile, que buscan mejorar la calidad de la educación y el
acceso al mercado de trabajo posteriormente.
También es cierto que las protestas se han dado en gobiernos de
izquierda y de derecha, y que los gobiernos se afanan por atender los reclamos
englobados en las protestas. Al final lo
que se percibe es un esfuerzo racional y civilizado por resolver un problema
que aqueja a los estudiantes y, con base en la trayectoria de Chile, es
razonable suponer que encontrarán una solución sostenible y adecuada al
problema.
Lo más importante del Chile de hoy es que
muestra claramente un país que se ha encontrado a sí mismo. Han exterminado la polarización y nadie
pretende destruir el modelo político y económico que han creado. Tanto los políticos de izquierda, como de
derecha, aceptan y fortalecen el modelo.
Contraste esto, amiga lectora, con lo que ocurre en Argentina, Bolivia,
Ecuador y Venezuela, donde impera la polarización y la lucha por imponer un
modelo político y económico basado al final en la intolerancia y en la ausencia
de pesos y contrapesos en el ámbito político.
Pregúntese cuál de estos modelos prefiere usted y verá que efectivamente
no hay peor ciego que el que no quiere ver.
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