Recientemente algunos
diputados han planteado la conveniencia de otorgar una nueva amnistía
tributaria. Sin embargo, la Directora de la DEI y el Presidente del
BCH inmediatamente después manifestaron su desacuerdo con dicha propuesta. A mi juicio una nueva amnistía sería
perjudicial para nuestro país y contribuiría a afianzar la cultura de evadir el
pago oportuno de los impuestos.
Permítanme explicar por qué.
Algunos diputados
hacen referencia a la difícil situación económica que todos sufrimos como razón
para conceder la amnistía. Olvidan, sin
embargo, que solo aquellas empresas que hayan obtenido utilidades en sus
operaciones deben pagar el impuesto sobre la renta. Si los tiempos son difíciles y las empresas
no tienen utilidades, entonces esas empresas no están obligadas a pagar dicho
impuesto. En otras palabras, se trataría de conceder un beneficio a una empresa
que, por definición, no ha pasado por una difícil situación económica. No hay pues razón para conceder una amnistía
en este caso. Menos aún se justificaría
por el pago del impuesto sobre ventas, ya que acá principalmente se trata de
trasladar al Estado fondos ya cobrados a los clientes.
Por otro lado, hay acá
un principio de equidad. Si, en la misma
supuesta difícil situación económica, algunas empresas e individuos pagamos
oportunamente nuestros impuestos resulta evidente que se caería en una
injusticia si a otros se les permite incumplir su obligación sin consecuencias. Más aún, si se percibe que anual o
periódicamente se concederá una amnistía, ¿qué mensaje se transmite a los
contribuyentes? ¿Por qué razón pagaría
alguien sus impuestos oportunamente si sabe que podrá hacerlo posteriormente
sin ninguna multa o consecuencia? Toda
amnistía mina la cultura de pago, debilita las finanzas públicas, se burla de
quienes pagamos oportunamente, y eventualmente hace colapsar las finanzas
públicas.
Adicionalmente,
quienes no cumplen oportunamente con sus obligaciones logran, de manera
fraudulenta e ilegal, una ventaja sobre sus competidores. Esto se debe a que en tanto no paguen sus
impuestos disponen de fondos para invertir y así generar más utilidades. En resumen, una amnistía tributaria resulta
en el fomento de la competencia desleal.
Seguramente que no es esa la intención de los diputados, pero esa es la
realidad.
Otras personas arguyen
que en lo referente la matrícula de vehículos automotores si se justifica una
amnistía debido a la negligencia del Estado en proveer las respectivas
placas. En efecto, es vergonzoso que el
Estado ni siquiera pueda cumplir con la simple tarea de poner placas a nuestra
disposición. La Administración anterior
fracasó miserablemente en este tema y la nueva Administración, aunque ya ha
encontrado el mecanismo para superar el problema, continúa sufriendo las
consecuencias del desorden y el caos. No
obstante, muchos hemos pagado la matrícula y cada dos meses vamos
resignadamente a la DEI a que nos otorguen un permiso de circulación, sin
placas, por otros dos meses. Si algunos
hemos cumplido con nuestro compromiso, ¿por qué premiar a quienes no lo hayan
hecho? Lo procedente, lo justo, es que
cuando contemos con placas, cuando se normalice la situación, quienes no hayan
pagado deban hacerlo, incluyendo las multas que corresponda. Si se niegan a pagar, entonces se les debe
impedir que usen sus vehículos. Solo así
se creará una cultura del pago de nuestros impuestos.
Cabe suponer que la
propuesta de los diputados se debe a planteamientos y solicitudes de algunos de
sus amigos y allegados. Si bien
entendemos las presiones que se dan sobre los diputados, y la incomodidad que
esto genera, es menester entender que se trata de falsos amigos, quienes en la
procura de su ventaja personal no vacilan en colocar a su amigo, el diputado,
en una difícil posición que le genera la crítica y el repudio popular, Al final, debemos reconocer que las amnistías
tributarias son propias de los países más subdesarrollados. Simplemente no sé de un país desarrollado que
otorgue amnistía a quienes no pagan sus impuestos oportunamente. Lamentablemente, las propuestas de amnistía
no son más que una penosa evidencia de nuestro triste subdesarrollo.
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